Un Hombre feliz.
El otro día conocí a un tipo que me presentó una amiga. La vida a veces nos deshace con sus sinsentidos.
El hombre trataba de disimular y despistarme pero ¡quia! a mi. Yo que le pregunto, y el, como que no queriendo, pero al cabo de un rato de charla, le desenmascaro; es de los que saben lo que quieren: conformista, educado, sencillo, con suerte, y encima ¡feliz!. Si, si ¡feliz! como los de los cuentos, ya ven. ¿Que si me llevo mucho descubrilo?, ¡que va!, no me llevo, casi nada, yo a esos los huelo de lejos. Ya con el nombre, me puse en guardia. ¡Carlos!, va y se llama, ¡Carlos!.