En general las tramas de las telenovelas suelen ser exageradamente enredadas. Los personajes son muy buenos, llegando al límite de tontos, o muy malos, llegando al límite de personaje malo de una película de Disney.
Están acompañadas por una ambientación musical exagerada, que trata de ponerle interés a diálogos que no lo tienen. Un personaje dice “Hola Papá” y de repente suena un “¡¡Papapapán!!”, como si fuera “Quien quiere ser millonario” y estuvieran a punto de responder la pregunta 15.
–Hola Papá, ¿cómo estás? -¡¡Papapapán!!- Por 100 millones tus opciones son: A. Bien, B. No tan bien, C. Me estoy muriendo, D. Yo no soy tu papá.
–Hmmm, ¿puedo llamar a un amigo?
La típica novela cuenta con una protagonista muy pobre y un protagonista muy rico. El sueño de la chica pobre es enamorarse y casarse con el chico rico, pero no por su riqueza –ojo- sino por puro amor. El chico rico, por su parte, se pasa la novela entera luchando con el trauma de haberse enamorado de una chica pobre y cuando por fin lo acepta, tiene que luchar contra su madre, padre, abuelos, hermanos y ex-novias, que harán lo imposible para evitar que sean felices. Incluso cuando ya convenzan a la familia tendrán que lidiar con problemas como que la protagonista quede ciega, la metan en la cárcel, la secuestren, pierda la memoria o todas las anteriores.
La protagonista también descubrirá a lo largo de la novela que los parentescos irán cambiando poco a poco. Quien comenzó siendo su madre luego no lo será, sino que descubrirá que es otra a quien odiaba. Hermanos, hermanas, tíos y tías también podrán descubrir que pertenecen a otras familias. Luego unos personajes se casarán con otros y todo se volverá un enredo de tal tamaño que nadie querrá entrar en detalles en cuanto a parentescos. Lo irónico es que en muchas novelas se hace mención al “apellido” y a “no manchar el apellido”, y resulta que al final es hasta difícil que cada quien sepa cual es su apellido.
Lo seguro es que los protagonistas terminarán casándose. Me gustaría ver una telenovela que me sorprenda, que al final, después de salir de la cárcel, la chica le diga al protagonista “¿Sabes qué? Me pusiste los cuernos, me metiste en la cárcel, me preñaste, mi mamá te odia, tu mamá me odia… dejémoslo hasta aquí ¿Ok?”. The end.
Pero no, después de todo lo que se hacen el uno al otro, de repente como si supieran que ya lo que faltan son 2 capítulos para que se termine la novela, se contentan y todo se resuelve. Y de paso se casan por todo lo alto. Yo pregunto, ¿cómo hacen para conseguir una iglesia y un salón de fiestas con tan poca anticipación? El que se quiere casar hoy en día tiene que programarlo con años de anticipación, pero ellos sacan de la nada traje de novia, tarjetas de invitación, cura y todo. No tienen ni que hacer el curso prematrimonial.
La casa del chico rico por lo general es una mansión, con una servidumbre no menor a 3 empleados uniformados, que tratan al protagonista de “señorito”. Me imagino que son necesarios tantos empleados ya que la mansión cuenta con 2 o 3 pisos, piscina, patios inmensos y una sala con una escalera de mármol curva por donde algún día pueda caer la protagonista.
Por las mañanas la familia hace lo típico, se sientan a la mesa en los alrededores de la piscina a desayunar con cubertería de plata inmensos desayunos, que normalmente dejan enteros porque se tienen que ir después de discutir un rato.
Las mujeres de la familia del chico rico, así como su novia o ex-novia siempre andan vestidas y maquilladas como si fueran a una fiesta, a pesar de que solo estén dando vueltas por la casa. Incluso recién levantadas aparecen completamente peinadas y maquilladas, sin una lagaña ni marcas de la almohada en la cara.
La mayoría de las telenovelas hoy en día llevan la misma historia y cuentan con personajes muy parecidos. No me extrañaría saber que los escritores de telenovelas simplemente sacan guiones viejos de los archivos y solo le cambian los nombres de los personajes y una que otra cosa por ahí. Sin embargo, a continuación voy a tratar de hacer un análisis de los tipos de telenovelas existentes y sus características.
Existen las novelas “chica pobre, chico rico”, que son las explicadas anteriormente y son las más comunes. Los mexicanos son expertos en este tipo de telenovelas. Un buen ejemplo es cualquier novela protagonizada por Thalía.
A algún ejecutivo de novelas se le funde el bombillo de vez en cuando y se le ocurre hacer una novela totalmente diferente, del tipo “chica rica, chico pobre”. Esta se desarrolla de la misma manera que el tipo anterior pero cambiando de posición a los protagonistas.
Últimamente ha surgido el tipo de novelas “Betty la fea”, llamada así en honor a la novela que las popularizó. La trama suele ser muy sencilla: la protagonista comienza siendo fea, gorda, pobre o todo a la vez, y sorpresivamente se transforma en una belleza, conquista al galán que nunca le había hecho caso y se queda con su empresa de paso, porque al parecer, junto con la belleza vienen la inteligencia y las habilidades administrativas.
Muchos países latinoamericanos hacen novelas, cada uno con pequeñas diferencias en estilo, pero existe un lugar donde se juntan productores, directores y artistas de todos los países a hacer telenovelas: Miami. A este tipo de novelas las llamo las novelas “mayameras”.
Las novelas “mayameras” son muy cómicas, porque uno puede ver en ellas incongruencias tan básicas como que un personaje hable con acento mexicano, el padre tenga acento cubano, la madre venezolano, el hermano colombiano y el hijo puertorriqueño. La trama puede desarrollarse en una ciudad o pueblo hipotético, donde se bebe tequila, se comen arepas y se baila tango y merengue.
Existen también telenovelas para jóvenes y niños. Son prácticamente iguales, pero adaptando un poco los problemas a la audiencia. En vez de ir presos van castigados, en vez de poner cuernos se dan un besito con otra amiguita o amiguito, y al final, en vez de casarse se hacen novios.
En estas novelitas pasan cosas tan típicas como que en las escuelas los uniformes de las niñas son minifaldas, botas de cuero, camisa y corbata; los padres casi nunca aparecen; los niños se la pasan en fiestas, eventos, discotecas, etc., pero igual van pasando de grado; los niños a veces llegan a tener 26 o 27 años y siguen estudiando bachillerato; en fin, lo normal…
Bueno, mejor voy terminando esto porque va a empezar la novela… No puedo creer que hayan matado a Santos y a María Teresa… ¡Ahora que por fin se iban a casar!