Aprender e incluso mantenerse al día de la tecnología, las noticias, la salud y los informes de inversión en esta era de la información puede parecer abrumador. Mucha gente puede abarcar toneladas de material, pero en realidad las personas que leen más rápido y comprenden y entienden mejor el contenido tienen ventaja en muchos aspectos de los negocios, la vida e incluso las finanzas.
¿Quieres convertirte en un lector rápido? Leer más rápido no consiste en repasar el texto de los libros sin comprender el contexto. Se trata más bien de asimilar la información de forma amena, pero sin perder velocidad. La pregunta es: si tardas unos días en terminar una novela larga, ¿qué te parecería terminar esas mismas novelas en unas horas? Si quieres acelerar tu tiempo de lectura a este ritmo, ¡este artículo es para ti!
No pronuncies las palabras
Cuando éramos niños, nos enseñaron a pronunciar las palabras mentalmente. Por supuesto, éste es un método eficaz para enseñar a leer a los niños. Sin embargo, arrastramos este hábito también en la edad adulta. Esta técnica se llama subvocalización, y sin duda afecta a nuestra velocidad de lectura. El problema de esta técnica es que nuestros ojos registran el texto mucho más rápido en comparación con el monólogo interior. Por lo tanto, intenta evitarlo, y se puede conseguir mediante la práctica y la concentración.
Deja de leer palabra por palabra
Otro error frecuente es leer el texto palabra por palabra. Esta es otra práctica que ralentiza tu velocidad de lectura. Intenta leer a trozos. Pocas personas leerán la frase completa. Sin embargo, puedes eliminar las preposiciones y buscar sólo las palabras importantes. Nuestro cerebro es complejo y, por tanto, tiene una gran capacidad para rellenar lagunas de información.
Previsualizar el material
Repasa el material del texto antes de leer. Mira los títulos de cada capítulo y repasa las viñetas. Intenta leer el primer y el último párrafo del capítulo. Esto no te dará detalles, pero en general conocerás las partes importantes. Utiliza este método para textos difíciles y desconocidos.
Elimina el hábito de la regresión
Consiste en leer el mismo párrafo, frase o sección dos o tres veces. La mayoría de las personas retroceden, ya que pierden la noción de su lugar en el texto. Puedes evitarlo con la ayuda de un marcador o un puntero. Otros pocos retroceden, ya que piensan que no han comprendido el texto en la primera ronda propiamente dicha. Intenta concentrarte y comprender la materia en el primer intento. Conviértete en un lector impaciente, estate ansioso por ver qué hay a la vuelta de la siguiente página y enrojece con un propósito. Además, tienes que decidir si la información es tan importante como para releerla.
Practica con un texto más fácil
Si quieres entrenarte para leer más rápido, empieza con textos sencillos y fáciles. Algo como un libro de viajes puede ser un buen comienzo, mientras que un libro de texto de física puede despistarte. Lee al menos tres veces por semana y aumenta gradualmente la velocidad de lectura del texto.